martes, 8 de noviembre de 2011

Mucho se habla del peligro de una mala alimentación en la infancia, pero los padres necesitamos pautas claras y consejos que nos ayuden a evitarla.
He encontrado por casualidad en la web del Ministerio de Sanidad y Consumo muy buenas recomendaciones de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición para prevenir la obesidad y el sobrepeso y mantener un buen estado nutricional en la infancia.
Son estas:
1. A diferencia de lo que creían nuestras abuelas, un niño obeso no es sinónimo de un niño sano, ya que se puede estar gordo y mal alimentado.
2. Durante los primeros meses de vida (0-6 meses) la leche materna a demanda es el alimento ideal para el niño, ya que le aporta en cantidades suficientes, todos los nutrientes necesarios.
3. Enseñe a su hijo buenos hábitos alimentarios desde el mismo momento que incorpora nuevos alimentos:
  • Ofrézcale alimentos variados y cada uno de ellos repetidas veces.
  • No sobrealimente al bebé.
  • No añada miel o azúcar a los sus biberones y frutas.
  • No agregue sal a su comida. Si lo hace, que sea sal yodada.

    4. En la etapa preescolar y escolar:
  • Adapte su horario a la comida familiar.
  • Evite los “picoteos” entre horas, sobre todo si se trata de alimentos ricos en azúcares y grasas (chuches, bollería, patatas fritas).
  • Evite darle o negarle determinados alimentos como premio o castigo.
  • Acostúmbrele al agua como bebida, en lugar de zumos artificiales y refrescos dulces.
  • Proporciónele una dieta variada rica en verduras y frutas.
  • Fomente el ejercicio físico regular.
  • Limite el tiempo que el niño pasa frente al televisor a menos de dos horas diarias.
  • Evite llevarle a sitios de comida rápida.
  • A partir de los cinco años seleccione lácteos semidesnatados, pues contienen los mismo nutrientes y menos grasa de mala calidad.
  • Desde el primer día de clase, acostumbre a su hijo a tomar un buen desayuno.
5. Utilice buenas técnicas de cocción para toda la familia:
  • Cocine con poca grasa y evite las frituras.
  • Elija siempre la carne que no tenga grasa visible.
    6. Enseñe a sus hijos a comer despacio y sin distracciones (TV, videojuegos, etc.)
    7. Toda la familia debe implicarse en la práctica de los buenos hábitos alimentarios y en el tratamiento del niño obeso, ya que éste es el marco natural para cualquier aprendizaje.
    8. Enseñe a su hijo a comer con moderación y variedad: un poco de cada cosa y no mucho de una sola.

En estos días, la nutrición es verdaderamente importante. La mitad de las muertes en los EUA provienen de cáncer, problemas del corazón y diabetes. Todas estas enfermedades están relacionadas con nuestros hábitos alimenticios. Uno de los fundamentos de una buena salud es por lo tanto, una buena alimentación.
Una vida saludable incluye una buena alimentación. Otros elementos son: hacer ejercicio regularmente, procurar no fumar ni tomar bebidas alcohólicas y reducir los niveles de estrés entre otros.
Aunque hay otros factores, la alimentación puede agravar otros padecimientos y a su vez, puede revertir sus efectos. Todo depende de cómo usemos esta herramienta llamada nutrición. Si la descuidamos provoca padecimientos, enfermedades y malestares. Si sabemos usarla, es verdaderamente útil en la prevención de todos estos.
Muchas enfermedades pueden ser prevenidas con una buena alimentación. También problemas y deficiencias genéticas pueden abatirse si se cuenta con una dieta balanceada.
Las claves para obtener una buena nutrición son: balance, variedad y moderación.
Balance:
Se debe equilibrar la ingesta de grasas, carbohidratos y proteínas. No nada mas es importante no rebasar el límite de calorías diarias, sino también observar cual es su fuente. Todo esto repercute en su peso, ya sea que aumente, disminuya o se mantenga igual.
Se recomienda una mezcla de:
15 a 20 % del total de calorías de proteína
15 a 30 % del total de calorías de grasa
50 a 65 % del total de calorías de carbohidratos
Variedad
Además requieres de vitaminas y minerales, que se encuentran en los alimentos, y en complementos nutricionales. No todos los alimentos son iguales, y no hay uno que proporcione todo lo que tu cuerpo necesita. Por ello hay que comer de todo, para que nuestros organismos obtengan lo necesario para estar en perfecto estado.
Los complementos nutricionales son muy útiles, porque son esenciales si no cuentas con una alimentación balanceada, o simplemente no tienes tiempo para comer todos los vegetales, frutas y otros alimentos en una sola comida.
Moderación
Simplemente enseña que no debemos optar por los extremos. Ni muy poca comida, ni demasiada. Tan mal es el sobrepeso, como lo es la desnutrición. Fijar una dieta restrictiva que te limite a tomar solamente agua, por ejemplo, te pone en riesgo de mal nutrirse de elementos esenciales para el cuerpo. Exagerar en la ingesta alimenticia, simplemente provocara que no logres bajar de peso, como tienes planeado. Mucha alimentación sin ejercicio, o muy poco, no traerá los resultados que deseas, y si haces demasiado ejercicio, el desgaste que te provoca, causa trastornos en tu cuerpo por deficiencias nutricionales.
Lo ideal es buscar una dieta balanceada, un programa de ejercicio planeado, y considerar algunos suplementos nutricionales.
IMPORTANTE: La información aqui representada es de caracter informativo y no pretende ofrecer una consulta o recomendación médica. No reemplaza la opinión del médico o especialista. Consulte a su médico o especialista. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento y/o programa físico.
Comer no es lo mismo que alimentarse. Aprende cuáles son las claves para  lograr una alimentación adecuada que permita mejorar tu salud y rendimiento.
La alimentación es el hábito que más influye en la
salud. En efecto, por medio de ella el organismo obtiene la energía que
necesita para funcionar y los componentes para crecer y autorrepararse. Una
alimentación adecuada evita y cura enfermedades, ayuda a la persona a
verse y sentirse mejor, aumenta el rendimiento físico y mental.


Alimentarse correctamente no es necesariamente seguir una larga lista de prohibiciones,
y no tiene por qué ser una tarea tediosa o desagradable, sino todo lo
contrario.
A continuación veremos un resumen de las leyes que rigen una buena alimentación.
Si te parece difícil adaptarte a todas ellas, te recomendamos que comiences
por las que te parezcan más fáciles. Siempre es mejor hacer un
poco que no hacer nada.
Ley de la Cantidad
Los alimentos que se consumen cada día deben ser suficientes para
satisfacer las necesidades de nutrientes que el organismo necesita, en cuanto
a energía y sustancias necesarias para el mantenimiento y crecimiento
de órganos y tejidos.

Los nutrientes insustituibles son aquellos que el organismo no puede sintetizar
a partir de otros compuestos y por ende necesita que sean suministrados mediante
la alimentación. Estos son: los aminoácidos escenciales, los ácidos
grasos esenciales, las vitaminas y los minerales. Además necesita agua,
fibras vegetales e hidratos de carbono (de donde obtiene energía).
Una alimentación suficiente se manifiesta cuando la persona realiza
normalmente las funciones de crecimiento, reproducción, trabajo, actividad
mental y conservación de peso.
Tanto la falta de alimentos como el exeso de ellos es perjudicial para la salud,
por lo tanto deben consumirse las cantidades apropiadas dependiendo de la edad
y la actividad física que se realiza.
Ley de la Distribución
Hay una frase muy conocida que dice: "Desayuna como un rey, almuerza como
un príncipe y cena como un mendigo". En algunos países, los
horarios de trabajo y estudio hacen que las personas tengan un almuerzo rápido,
generalmente "comida chatarra", y que hagan de la cena su comida principal.
Es notable como en estos países el índice de obesidad es mucho
mayor que en otros.
La razón de esto es muy simple: Las calorías que suministran
los alimentos consumidos durante la cena no son consumidas por el organismo
en su totalidad, puesto que el metabolismo basal (cuando estamos durmiendo)
utiliza sólo unas 60 calorías por hora. El exceso se acumula en
forma de grasas. Por eso es recomendable una cena liviana a base de frutas y
verduras, y tomada unas horas antes de ir a dormir. Recuerda que la digestión
se detiene durante el sueño, originando que los alimentos se fermenten
causando malestares, mal aliento y mal sabor de boca.

El desayuno es importante para comenzar el día con energía, de
modo de evitar el cansancio físico y la sensación de debilidad
que es freuente a media mañana. Pero además, el desayuno es esencial
para los estudiantes y para las personas que deben realizar esfuerzos mentales,
porque aporta las sustancias necesarias para el correcto funcionamiento del
cerebro. Al menos el 20 o 25% de las calorías totales de la dieta deben
consumirse en el desayuno. Pueden consumirse cereales, leche (vacuna o de soja),
frutos secos y frutas, y también complementos como germen de trigo, polen
levadura, etc.
El almuerzo debe suministrar casi todo el resto de la energía necesaria,
dejando poco para la cena. Es recomendable comenzar cada almuerzo con una ensalada
de hortalizas, que aportan ácido fólico y minerales. También
hay que consumir un plato energético y proteico, como cereales y legumbres,
pastas, etc.
Ley de la Combinación
Los diferentes tipos de alimentos requieren tiempos de digestión distintos,
y enzimas especiales que a veces son incompatibles. Este tema es extenso, por
lo que lo tratamos en un artículo aparte. Haz click aquí para verlo.
Ley del Equilibrio

Las cantidades de las sustancias que suministran energía deben guardar
una correcta proporción. Los hidratos de carbono deben aportar entre
el 55 y 75% del total de las calorías. Esto equivale a una cantidad entre
275 y 375 gramos en una dieta de 2000 calorías. La energía aportada
por las grasas debe ser menor al 30% del total, o sea un máximo de 66
gramos por día. Finalmente, las proteínas tienen que aportar cerca
del 15% del total, para lo que se deben consumir unos 75 gramos diarios. Además,
el cuerpo necesita cantidades apropiadas de diversos minerales y vitaminas,
que deben ser provistas por los alimentos.

Una forma fácil de lograr este equilibrio es siguiendo las indicaciones
de la conocida "pirámide alimentaria". En ella se muestra la
proporción adecuada de los diversos alimentos que se deben consumir.
Básicamente, los productos de la base son los que hay que comer en mayor
cantidad, decreciendo hacia la cima de la pirámide. Los grupos de alimentos
son los siguientes:
Grupo 1: Grasas y azúcares. Racionar el consumo al mínimo, o
eliminarlos, puesto que no son necesarios en la dieta. Las grasas se pueden
sustituir con aceites vegetales, y los hidratos de carbono proporcionan energía
en lugar del azúcar.
Grupo 2: Lácteos. Contienen gran cantidad de proteínas y calcio.
Su consumo debe ser moderado.
Grupo 3: Carne, huevos, pescado, leguminosas y frutos secos. Al igual que el
grupo anterior, estos alimentos son ricos en proteínas, y deben ser consumidos
con moderación. Los vegetarianos pueden sustituir la carne con proteína
de origen vegetal, como la soja.
Grupo 4: Vegetales. Contienen vitaminas, minerales y fibras. Pueden consumirse
en mayor cantidad, limitando su consumo por razones calóricas.
Grupo 5: Frutas. Aportan vitaminas, minerale y fibras, al igual que el grupo
anterior, y la cantidad que se debe consumir es aproximadamente igual.

Grupo 6: Cereales. Esto incluye el pan y las pastas. Son la mayor fuente de
hidratos de carbono, por lo tanto los que suministran más energía
al organismo. Deben consumirse en forma abundante.

La siguiente tabla muestra la cantidad de porciones que deben consumirse diariamente
dependiendo del tipo de persona. Cada porción equivale a las siguientes
cantidades:

Cereales: 1 rebanada de pan, 3 galletitas, ó 1 taza de las de té
de arroz, pasta o copos.

Verduras: 1 taza de hortalizas crudas, o verduras cocidas, o 1/2 de jugo de
verduras.

Frutas: 1 fruta como manzana, naranja, etc. ó 1/2 de jugo de frutas.

Lácteos: 1 taza de leche o yogur, o 50g de queso.

Legumbres, frutos secos, huevos: Aproximadamente 150g.